LA MOROSIDAD EN LAS COMUNIDADES DE PROPIETARIOS Y EL «BOOM» DE LOS PISOS TURÍSTICOS.

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La Morosidad, uno de los principales problemas que tenemos que solucionar los Administradores de Fincas y que poco a poco va disminuyendo en España.

Uno de los principales problemas para las Comunidades de Propietarios, es la existencia de vecinos morosos, aquellos que por una u otra causa retrasan o no abonan la cuota mensual que les corresponde.

En el año 2016, las Comunidades de Propietarios sustentaban una Morosidad de poco más de 1.500 millones de euros, cifras que han ido disminuyendo en 2017.

Aunque la recuperación se ha notado en las cifras, en 2016, casi el 39,9% de las Comunidades de Propietarios tenían vecinos morosos. El importe medio de la Morosidad en cada comunidad de nuestro país rondaba entonces los 1.109 euros. Andalucía, Cataluña y Madrid son las comunidades autónomas con la morosidad más elevada. Solo entre las tres sumaban en este año una deuda de 805,59 millones de euros, la mitad del total.

Para los ADMINISTRADORES DE FINCAS, el tema de la Morosidad, sigue siendo un gran reto en nuestra gestión. Los impagos de las cuotas comunitarias tienen un gran impacto negativo a la hora de desarrollar actividades de rehabilitación o accesibilidad en los edificios. Si una Comunidad de Propietarios no dispone de liquidez, no puede afrontar, por ejemplo, inversiones como el arreglo de la fachada o pintar la escalera.

Pero realmente, el problema más grave de la Morosidad en las Comunidades de Propietarios, es de carácter social. Para los propietarios genera una tensión innecesaria que dificulta la convivencia y puede provocar conflictos, sobre todo si se trata de un «moroso profesional«, es decir, aquel que no paga porque no quiere, no porque no puede.

A continuación, voy a pasar a mencionar los tipos de Morosos que suele haber en las Comunidades de Propietarios.

MOROSO PROFESIONAL: Este tipo de moroso impaga a propósito, pues sabe que el sistema judicial está a su favor. Piensa que con declararse insolvente es suficiente para no pagar la deuda. Pero el declararse insolvente no es una solución, ya que se puede analizar e investigar y en función de esto, se determina el modo de actuación.

MOROSO FORTUITO: Aquel que tiene voluntad de pagar pero no puede. Aunque muchos intentan camuflarse dentro de este tipo de deudor, de todas formas puede saberse si de verdad están atravesando problemas económicos y es fácil de comprobar la capacidad de pago que tienen. En estos casos también se suelen alcanzar acuerdos ya sea mediante intervención de la financiera aportando soluciones efectivas para los mismos o bien negociando plazos de pago que sean cómodos para los deudores.

Dejando la Morosidad a un lado, otro problema que empieza a alterar el día a día de las Comunidades de Propietarios son los pisos turísticos. El conflicto llega cuando un propietario decide alquilar su piso a turistas, en muchas ocasiones, empieza a producirse un choque entre los intereses de los vecinos y los que alquilan esas viviendas. Las Comunidades de Propietarios cada vez están más atadas a este aspecto, ya que si quisieran prohibir esta actividad necesitarían la Unanimidad de la Junta de Propietarios.

Mientras cada región legisla a su manera este nuevo fenómeno, las Comunidades de Propietarios se sienten atadas de pies y manos. La Ley les otorga la oportunidad de prohibir el uso turístico de cualquier vivienda del edificio, pero en la práctica es algo imposible de acometer.

Desde nuestra profesión, reafirmamos que los conflictos cada vez son más frecuentes, por lo que los Administradores de Fincas, creemos que el legislador tiene que buscar soluciones a este problema, cada vez mayor.

  ADMINISTRADOR DE FINCAS - GRANADA